Gracias a este tratamiento podemos localizar las alteraciones que determinan los puntos de resistencia patológica, para estimularlos y restablecer la señal con el sistema nervioso central o superior. Así la zona afectada de la piel representa la información del órgano comprometido y responde a la información administrada del dispositivo como una terapia neural no invasiva; después del retirado el dispositivo el organismo continúa trabajando el órgano afectado con la nueva información neuroquímica.
Está indicada en procesos agudos crónicos de trauma, neurología (parálisis, distonía, neuralgias, cefaleas, paresias), neumología, sistema gastrointestinal (dolor, inflamación, alteración en la motilidad), rehabilitación musculo esquelética, ginecología, urología, ortopedia (escoliosis, síndrome miofacial, tendinopatias, bursitis, esguinces, fascitis, síndrome dolores espinales, contracturas, artropatías, capsulitis, periostitis).
La terapia está contraindicada en pacientes con marcapasos, infección local y embarazo.
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